martes, 9 de diciembre de 2014

EL POSMODERNISMO


            Definir este término no es nada fácil. Este fenómeno desarrollado en el siglo XX y que perpetúa hasta nuestros días, puede ser considerado una actitud filosófica, un periodo histórico o un movimiento artístico, siendo éste último el campo en el que vamos a tratar.

 La base del Posmodernismo se establece a partir del concepto de pluralismo. Para empezar este rasgo, aparte de ser la esencia de su naturaleza, también aparece en su ámbito de actuación. “Los límites han desaparecido, el posmodernismo lo invade todo, las artes, la literatura, la moda, la fotografía, el cómic.” (África Vidal, 1989)

Esbozaremos sus características principales superficialmente:

·         Multiplicidad. Gracias a la globalización (o por su culpa) se ha creado una argamasa fruto de todas las culturas que traspasan las fronteras cada vez con más facilidad. Su naturaleza antidualista como símbolo del apogeo de la diversidad. Es el movimiento de la tolerancia.

·         Oposición completa al Modernismo. Al contrario de lo que podamos intuir a raíz de su nombre, el Posmodernismo no es un Modernismo tardío ni nada que se le pueda parecer, es su total negación. Condena la filosofía monolítica de su precedente y aboga por la desestructuración del objeto.

·         Simulación. Del mismo modo que el Modernismo rechazaba exhaustivamente al pasado argumentando un nuevo lenguaje artístico, el Posmodernismo defiende la simulación. Pretende impulsar la copia, estamos en la era de la simulación. El concepto de originalidad queda destruido.

·         Todo es meta-. “Lo real, la referencia, la causa objetiva ha dejado de existir” (África Vidal, 1989). La incertidumbre que provoca que se comiencen a cuestionar estos aspectos de lo real.

Ahora bien, todos estos aspectos posmodernistas se ven con mayor claridad en el cine, o más bien en los productos  audiovisuales. Podríamos asegurar que el cine es posmodernista por naturaleza. Es muy fácil ligar estas cuatro características al séptimo arte: los “remakes”, las continuas referencias a otras películas, la ciencia-ficción, los finales abiertos, las libres interpretaciones, la hibridación de géneros,…

Por citar alguna película posmodernista, encontramos un claro ejemplo de esta actual corriente en Blade Runner (Ridley Scott, 1982) máximo exponente del cine posmoderno donde confluyen la mayoría de características del ya citado movimiento.

                                                                                                                     Luis García Díaz




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